En estos tiempos has escuchado cuántas personas desean concebir un bebé en su familia. Existiendo problemas para su concepción, complicaciones en algún embarazo ocasionando una pérdida del feto o del bebé ya nacido, esterilidad, entre otras situaciones que afectan ese deseo, donde se siente un vacío y frustración en la familia por dicho problema.
Tristeza, ilusión, incertidumbre, coraje y miedo son algunos de los sentimientos que se presentan al vivir éste tipo de situaciones, donde en ocasiones puede haber hasta desgaste y problemas en el matrimonio si no existe una fortaleza de amor entre los cónyuges que equilibren esos sentimientos.
Y a la vez, vemos también tantos niños en abandono, donde reciben maltratos de sus progenitores, golpes y en algunas ocasiones hasta la muerte de angelitos indefensos en el mundo.
Que felicidad es ver una familia unida, llena de amor y bendiciones. Donde la pareja se entiende y se apoya ante las adversidades de la vida.
En días pasados tuve la oportunidad de asistir a una misa hermosa y muy especial, de entrega en adopción de un bebé. En la misma iglesia donde casi 2 años atrás habíamos despedido a otra personita de su familia.
Un matrimonio muy cercano y querido por nosotros, después de haber pasado situaciones muy difíciles sobre lo que menciono al inicio de éste blog, reciben a una bebecita de 3 semanas de nacida en adopción por medio de VIFAC (Vida y Familia, A.C.).
Esta institución se encarga de recibir a mujeres embarazadas para que reciban todo el cuidado pertinente durante su gestación (techo, alimentos, cuidados médicos antes y durante en el parto) el objetivo es que no aborten, darle una oportunidad de vida al bebé que llevan en su vientre. En primera instancia convencerlas de que se queden con el bebé, caso contrario proceder a dar en adopción a familias previamente analizadas y estudiadas en los aspectos psicológicos, económicos entre otros.
Fue algo maravilloso, ver los rostros de amor a los nuevos Padres, a su hermanita (ya que tienen una niña propia), la forma en como la recibieron. Volcarse a la nueva personita integrante ya de la familia. Como con tanta esperanza e ilusión esperaron durante un año y medio la llamada donde les comunicaban que era el próximo matrimonio en recibir a esa nueva hija que tanto anhelaban y amaban aun sin conocerla.
Los designios de Dios ya están escritos. Es una bendición para la bebé tener unos Padres que la sotengan, la cuiden, la amen y que la formen a ser una persona de bien. Y es un privilegio para los Papás darse la oportunidad de recibirla con los brazos abiertos llenos de amor y ternura como su hija.
Ojalá todas las personas que tienen problemas en concebir se den la oportunidad de vivir ésta opción de amor.
Porque la adopción es un regalo de vida…