Quien no ha escuchado de como era nuestra ciudad en años anteriores, podíamos salir a jugar a la calle y no había tanto riesgo, podíamos dejar la puerta abierta de nuestra casa y no pasaba nada. Nos dejaban ir a la tienda de la esquina a comprar un chuchuluco. Y todo tranquilo.
¿Pero que pasa ahora? La ola de violencia e inseguridad está desatada. Vemos casos de asaltos, robos, asesinatos y suicidios frecuentemente. Juventud desmedida por consumo de alcohol y drogas. Situaciones que no están en nuestras manos poderlas controlar.
Nos da temor estar ya en un restaurante o centro social de que lleguen a balacear a una persona y te toque una bala perdida. Pero desgraciadamente lo hemos permitido como sociedad. Aceptamos en ocasiones en nuestro círculo social a personas de dudosa procedencia. Aceptamos que abran negocios en zonas residenciales, violando los reglamentos de control urbano. Permitimos que haya publicidad colocada o presentada de forma incorrecta sin importar los reglamentos de imagen urbana de la ciudad. Nos estacionamos en lugares prohibidos aún teniendo el conocimiento que está mal.
Vivimos en un estado de anarquía donde cada quien puede hacer lo que se le plazca. Y nos quejamos y nos quejamos de la situación que vivimos sin darnos cuenta que el principal problema somos nosotros mismos como habitantes de una ciudad, ya que cometemos acciones que fomentan que la bola de nieve llena de problemas se haga mas grande.
Creo que algo nos falta como sociedad. Nos falta participar, no es posible que si se convoca a una junta de Comité de Vecinos en tu colonia no asista ni un 10% del total de sus habitantes. No es posible que si se convoca a hacer un cambio de imagen urbana (limpieza, forestación, etc.) para mejorar el entorno, simplemente tengas un pretexto para no poder participar.
Y nos seguimos quejando. Y así pasa la vida entre quejas y frustración. Entre decepciones y coraje. Pero de nada nos sirve el quejarnos si no existe una acción. Ser ejemplos de ciudadanos comprometidos y participativos. Poniendo el ejemplo ante nuestras autoridades y tener el derecho de exigir que cumplan y apliquen los reglamentos de seguridad, imagen, etc. Y por lo tanto sancionar a quien lo infrinja.
Algo nos falta…nos falta valentía y coraje para poder exigir que pare la ola de inseguridad que vivimos en nuestro entorno. De nada sirve quejarnos y seguir viviendo un estado de incertidumbre de lo que pueda seguir pasando en nuestra ciudad. Y seguir permisivos en todos los temas que nos aquejan.
No cabe duda que algo nos falta…
Mas que una palabra... 
Es muy grato poder leerte amiga! Lo que quizás nos falta muy en el fondo es amor; solo aquel que ama, de preocupa por la casa en donde vive, por su mujer, por sus hijos, para el caso de un padre de familia será un domicilio específico, para el caso de un director de empresa u organización pues eso; para el caso de algún puesto político pues su ciudad, etc, erc, etc, Amar es grátis financieramente; pero hoy por hoy… a mucha gente le cuesta !
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Super tus palabras amigo, wowowow completamente ciertas y muy profundas. El amor es la base de todo. De tu vida, familia, trabajo. Y si se hace con entrega, compromiso, lealtad y pasión es mas sencillo. Y si que nos falta, muestra es ver las condiciones del mundo actual. Matanzas, suicidios, falta de fé, de unión familiar. Una descomposición social en todos sentidos. Donde todo sería como bien lo dices muy diferente si todo fuera encaminado al amor. Muy bonita reflexión David. See you soon.
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